jueves, 24 de julio de 2008

EL CHICO ENVIDIOSO

Por Abuelo Ba Bá
Había una vez un chico picapedrero que se pasaba largas horas picando con su martillo en las rocas que estaban junto al mar, transformándolas en pequeñas piedras. Se cansaba mucho y hacía tanto calor que no paraba de sudar. El niño miraba al cielo cada día y envidiaba al sol:- Si yo fuera el sol sería el hombre más fuerte del mundo, nadie podría conmigo y…¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! De repente el niño se transformó en el sol.En el cielo enorme, con sus poderosos rayos, el niño-sol se dedicaba a calentar y calentar la tierra, dominando el mundo y disfrutando con su poder. Pero cuando más contento estaba siendo el sol, vio una nube que se acercaba y que, de repente, se puso delante de él y le tapó toda la cara.- Esto no puede ser. ¿Cómo es posible? Si esta nube es capaz de taparme a mí, que soy el sol, quiere decir que la nube es más fuerte que yo. Yo quiero ser esa nube que esta delante de mí y…¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! De repente el niño se transformó en una nube. Siendo una nube, el niño se sentía feliz. Le gustaba pasearse por el cielo con total libertad. Muchas veces se ponía delante del sol y se daba cuenta del poder que tenía, porque la gente se marchaba de la playa al ver que el cielo se nublaba. Pero de pronto un día se desencadenó un vendaval, un viento tremendo que lo comenzó a arrastrar todo: las plantas, los árboles, las olas del mar, y hasta a la propia nube. El niño deseó ser el viento y tener su poder y de repente…¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! Se transformó en viento. - ¡Qué estupendo, ahora si soy el más fuerte!El viento se paseaba por el cielo moviendo su larga cola, violento y poderoso. Parecía que no va iba a parar nunca. Hasta que un día empezó a llover, primero poquito pero poco a poco se transformó en una enorme tormenta, en un poderoso diluvio. El cielo se enfureció y cayó una cortina de agua que hizo que el viento desapareciera. - Bueno, bueno, ahora veo que tengo que ser lluvia, dijo el chico y… ¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! De repente se convirtió en lluvia.¡Ahora si que se divertía! Lo iba mojando todo, convirtiendo los caminos en ríos y pensando:- Ahora es la mía, voy a ser el más fuerte de todos, seguro.¡¡Ah!! Pero el chico no sabía… No sabía que el mar no se asustaba ante nada. Ya podía llover agua durante horas y horas, que el mar seguía en su sitio, tranquilo. - Claro…, dijo el chico. El mar es el más fuerte de todos, ahora me doy cuenta de que es el mejor. Sí, quiero convertirme en mar, y con mis olas golpearé las rocas y las convertiré en granitos de arena, asustaré a los nadadores, nadie podrá conmigo…. Y de repente… ¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! El niño se transformó en mar.Al cabo de algunos días empezó a aburrirse de hacer siempre lo mismo, de no poder salir del agua, ni de día ni de noche. ¿Qué podía hacer? Estaba pensativo y triste cuando, de repente, allá a lo lejos, vio a un chico sentado cerca de las rocas que, muy contento, se comía un bocadillo, bebía agua, cantaba, silbaba y después cogía un martillo y… tac, tac, tac, picaba la roca convirtiéndola en piedras muy pequeñas. Y así un día y otro día, siempre contento. El pobre chico convertido en mar pensó:- ¿Por qué he sido tan tonto? No me he dado cuenta de lo feliz que estaba antes, con mi familia, mi trabajo, descansando tan tranquilo en mi casa los días de fiesta y arrancando piedrecitas de las rocas los días de trabajo. ¿Cómo no me he dado cuenta antes? ¡Cómo me gustaría volver a ser el chico picapedrero que era y no volver a envidiar nunca nada más! Y de repente…¡¡¡Ohhh…!!! ¡¡¡Chaaas!!! Se convirtió de nuevo en el chico que picaba la roca, pero con una pequeña diferencia… ¡Ahora le encantaba su trabajo y se pasaba el día silbando y cantando de lo contento que estaba!
...y colorín coloradoeste cuento se ha acabado

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